nada

Tras un vuelo excepcional, aterricé en la realidad. No se puede despertar más de un día en ésta vida, pues todo es repetición. La novedad no lo es tal, se disfraza de añoranza, terca es la realidad que compite con los sueños. Creyendo que avanzas, temes mirar atrás y descubrir tu propia estatua de sal, pero giras en una rueda, atada estás a ella aunque sin orejeras, el camino es circular. Condenada a repetir, andar y tropezar, de vez en cuando consigues la proeza funambulista de flotar en un instante que no se deja anclar por más trucos que le lances. ¿Cuándo cesar de aprender…? que más dan cero que cien, treinta y cinco que cuarenta, si cuando todo acabe verás tu vida pasar a gran velocidad, o en el mejor de los casos, en un tris tras con la inmensidad de la nada te fundirás.

A. Ferri

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