En el espacio protegido de nuestro amor, hemos combatido cualquier intrusión. Como controladores aéreos manejamos el panel de la ilusión: desde el amanecer oteamos nuestros rostros cual vuelo visual, iniciando la diaria senda de aproximación. En ocasiones utilizamos tecnología de invisibilidad, manteniendo una distancia prudencial. Y al atardecer, observamos los informes del radar, estableciendo el nocturno plan: luminarias irrumpen con alevosía y nocturnidad, la perfecta guía de manual para emprender el vuelo ilícito con que fundirnos en la envolvente oscuridad, sin un trazado plan.
A. Ferri
* Marc Chagall, Sobre la ciudad.
Felicidades, has mostrado la receta del éxito de una relación. Ahora falta seguirla paso a paso. Un abrazo
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Gracias David, son unas cuantas anotaciones nada más. Un abrazo.
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