El gorila Plof

El gorila Plof nació en cautividad. Toda su vida pasó encerrado en aquel zoo.

La jirafa recién llegada le hablaba de sus praderas, más no congraciaban.

El león que llegó en un gran camión, le hablaba de sus dominios, ni un mohín le sacaba.

El cocodrilo pensativo le habló de su gran río, el gorila lo miraba desvaído.

El gorila Plof andaba deprimido, los días los pasaba tumbado sin hacer nada. Ni ruecas, ni ruedas, ni palos, ni cuerdas conseguían una mueca.

El búho, que de noche lo observaba, a todos les contaba cómo entonces sí que reía: “tumbado está boca arriba mirando las estrellas, más cuando llega el día se esfuma toda su alegría”

Al gorila Plof no le interesaban los visitantes, “¡que se marchen cuanto antes!”, la espalda les daba acentuando su desgana. Mas aquel día una mujer se acercó, con su cámara una foto disparó, el flash reluciente parecía una estrella rutilante y al gorila Plof  una llama de esperanza lo invadió:

Los días más cortos se le hacían, ¡ya veía las estrellas de día!

A. Ferri

* Fotografía: Marijose Salvador