santaclassics06

La Navidad es el renacimiento, es el sumergirse en un sueño, o en una pesadilla, siendo conscientes de que la alarma va a sonar, que resurgiremos a la antigua vida, imbuidos de la suficiente carga vital como para afrontar la explosión de la primavera. Es la celebración de un ciclo de muerte y vida, vida y muerte constantemente presente en cada una de nuestras células, en las escamas de la piel y en el bulbo de los cabellos. Este fin de semana no he podido resistir comerme una tableta entera de Navidad anticipada… son astucias de marketing, ingeniería de los sentimientos, apiladas en mesas provisionales de multitudinarios cumpleaños, donde cada comensal, en solitario, pasa por caja y gustosamente paga un billete de empalagoso turrón que certifique su estancia en éste mundo. Retornando hacia los lineales de dulces, en la parte baja de un estante, en un rincón oscuro, mal iluminado, he dejado un blister de hojaldres de miel, ¿los buscarás tú también?… tal vez el siguiente sábado te comeré.

A. Ferri

* Fotografía de  Ed Wheeler, visto en  http://artirekia.com/santa-claus-ed-wheeler/

2 comentarios en “La merienda anticipada

  1. Lo reconozco, la Navidad me encanta. Lo sé, que si consumismo, que si reuniones familiares, que si malgastar electricidad, que si es hortera…. De acuerdo, pero ¿alguien se imagina que al llegar el final de año no existiera la navidad?
    Muy bien anotado cuando hablas de renovación. Antes de su adopción por el catolicismo, la Navidad era el solsticio de Invierno y se le llamaba la Puerta de los Dioses; en contraposición al solsticio de verano, la noche de San Juan, que se llamó La Puerta de los Hombres. En verano, el sol, a partir de esa fecha, va abandonando los cielos y se pensaba que penetraba en el espíritu de los hombres, para renovarlos. Es en el solsticio de invierno, cuando, una vez purificado el hombre, el sol vuelve a los cielos.
    Al menos eso estuve leyendo cuando escribí uno de mis relatos.
    Un abrazo y ¡Feliz Navidad!

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