Perdiendo los papeles

papeles

¿Qué quieres hacer ahora?
¿Ahora?
Sí, ahora.
Iba a…
No, no digo lo que ibas a hacer, sino lo que quieres hacer ahora.
Tengo que…
¿Otra nota? ¿Vas a escribir otra tarea en la agenda?
Ya…
La agenda de tareas ilusorias.
Es cierto, ahora…, ahora quiero, quiero perder los papeles.

A. Ferri

Reflejos

la musa del cuarto de baño

Un váter abandonado en un descampado, siempre es una incógnita. ¿Acaso no se arrojan al vertedero las pilas o las bañeras? ¿Y porqué razón se depositan en su posición original, no tumbados, de lado o boca abajo? Allí que los planta su antiguo usuario con la boca abierta al cielo inmisericorde esperando las respuestas a sus dudas existenciales como si fuera el maná caído del firmamento. Normalmente aparecen desguazados, como los vehículos viejos, sin tapa, y sin cañerías, naturalmente. Parecen tan desolados, despojados impunemente de cualquier vestimenta que los distinguiera de los demás, de su kitch cubierta de ganchillo o de confortable terciopelo, impúdicamente exhibidos a la vista de los transeúntes. Seguro que agradecerían un chip, como el obligatorio de los perros, para que por ley se instara a sus dueños a reacogerlos.

Mi vecina del quinto está de obras. El contenedor de escombros que han instalado frente al patio, va acumulando ladrillos y cascotes y, como si se tratara de una falla, probablemente termine coronado con la escultural pieza cerámica. Parece que me hubiera leído el pensamiento y anticipándose a mi mirada escrutadora, al cruzarme con ella esta mañana me relató, cómo el fontanero, la había llenado de orgullo sentenciando: “señora, en todos los años que llevo de profesión, éste es el váter más limpio que he visto en mi vida, se podrían comer sopas dentro”. Mi vecina es buena gente, como somos todos, preocupada siempre por ser y parecer impecable, ¿quién no se ha matado a limpiar la nevera antes de retirarla al ecoparque? ¿o será una rareza mía? Se supone que es en la vejez cuando nos hemos aclarado algo -las ideas, me refiero-, o por lo menos, vislumbrando el final del camino hacemos las paces con nosotros mismos; pues eso, como lo de la nevera.

La expeditiva confesión, ocasionó que durante todo el día no pudiera apartar de mi cabeza, la imagen de un hombre vestido con un mono azul sentado en el suelo del baño, ajustando su servilleta en el escote dentado, mientras dirigía su mirada de gula hacia la fiambrera del almuerzo depositada en la tapa del inodoro. La vanagloria de unos es la tortura de otros, es una lata ser tan impresionable. Dicen los expertos higienistas, que no es el baño el lugar en donde más bacterias se acumulan, sino la cocina, aunque por mucho que nos lo quieran hacer creer, lo cierto es que la escena más aprensiva es la de un gángster queriendo hacer confesar a otro, hundiéndole repetidamente la cocorota en el fondo del consabido sanitario, y no tendría el mismo efecto si le restregara la jeta dentro de la pila de la cocina, por muy sucia que estuviera.

Cuando llegó la noche, no logré pegar ojo: se me representaban, uno detrás de otro, todos los aseos por los que había transitado. Sin embargo, la sucesión de lavabos, retretes, duchas y bañeras, no era, vista de manera práctica, tortuosa: en vez de contar ovejas, visualizaba cerámicas. Me vino a la mente, el recuerdo de aquellas reuniones multinivel, en que el líder de la organización, nos adoctrinaba en el poder del cuarto de baño para, a través de la adhesión de más socios, ascender en la escala económico social y conseguir nuestro sueño, colocando estratégicamente sus productos en la repisa del baño, ese lugar tan íntimo, que prestas a las visitas, donde sin ser observados, pueden a su vez, obtener una rápida conclusión sobre ti y tu vida. Es cierto que, sentados en el trono, en absoluta soledad, discurrimos y reflexionamos, asentamos convicciones y muchas veces, lanzamos al alcantarillado los malos rollos. Es el cordón umbilical que nos une con el mundo, ¿quién no ha espiado la conversación de los vecinos de abajo en improvisada reunión familiar, que se cuela por el conducto de ventilación interior? Es como leer los comentarios de los post que no nos incumben en las redes sociales, sólo que, según las buenas formas internautas, que dentro de nada se deberán consultar como antiguamente se hacía con los manuales de corrección para fiestas,  no puedes darle a me gusta, únicamente vaciar la cisterna.

Ese mismo sábado, se lo comenté a Puri, la peluquera del barrio. Surgió la conversación cuando le pedí prestadas unas revistas, de esas banales, para ojear en el baño: ‘forma parte de un cambio drástico en mi vida’, le dije, ‘ya sabes que, como todos, sólo las leo aquí, no me malinterpretes. Quiero comprobar si, tal vez, mi cuarto de aseo tiene una carencia de frivolidad grabada en el subconsciente y por eso me atormenta en pesadillas cuando llega la hora de dormir’. Puri, acostumbrada a mis extrañas asociaciones, desplegó una mirada velada, como un muro infranqueable, tal vez parecida a la que lancé a la vecina del quinto, y sonriendo, cambió de tema. ‘¿Te hago reflejos?’, me sugirió.

A. Ferri

 

Conversión

misma idea doble versión

Ayer me encontré con una compañera de estudios a la que hacía años que no veía. Curiosamente, esta misma semana coincidió con otra amiga común en unos grandes almacenes. Ésta, estaba igual, igual… Nosotras dos, también convertimos los euros a pesetas.

A. Ferri

* Imagen: Recreación fotográfica de Steven Meisel en 1999 del cuadro Madame X de John Singer Sargent (1884), visto en el blog http://conlluviayconsol.blogspot.com.es/

Fiesta en la selva¡¡

 

 

elefante leyendo

 

Empieza la cuenta atrás:

en Pata de elefanta se vislumbra la incursión número 10.000¡¡¡

Se acerca el acontecimiento más sonado del año. Olvídate de sapos y culebras, príncipes y reinas, facturas y prebendas, mundiales y rallies, entra hoy en el blog

 

www.patadeelefanta.wordpress.com  , y participa de la fiesta.

 

elefantes y agua

 

 

Estáis todos invitados, los de éste lado del océano y los del otro, menos uno, bueno dos, por si acaso hereda también las funestas aficiones.

 

elefante felicitacion

 

Nos lo pasaremos pipa¡ Vamos a llenar la selva de graznidos, aullidos, maullidos, ladridos y alaridos, que vibre el aire y restallen de una vez los cristales de bohemia, los espejos de palacio, las campanas de la iglesia, los escudos transparentes y las viseras de los cascos de los antidisturbios.

 

Jane goodall
¡Gracias a todos por dejaros ver por aquí! ¡Que suene la música!

 

 

Cuando los elefantes sueñan con la música. Radio3:

https://www.facebook.com/cuandoloselefantes

 

 

Led Zeppelin Stairway To Heaven

 

Hay una dama que está segura
de que todo lo que reluce es oro,
y está comprando una escalera al cielo,
y cuando llega allí
sabe si las tiendas están cerradas,
con una palabra puede conseguir
lo que vino a buscar.

Y está comprando una escalera al cielo

Hay una señal en la pared
pero quiere estar segura,
ya sabes, a veces las palabras tiene dos significados.
En el árbol al lado del arroyo
hay un pájaro cantor que canta:
A veces todos nuestros pensamientos son dudas.

Uh, hace que me pregunte,
uh, hace que me pregunte.

Hay una sensación que tengo cuando miro hacia el oeste,
y mi espíritu está gritando por(que quiere) marcharse.
En mis pensamientos he visto anillos de humo
a través de los árboles,
y las voces de los que permanecen mirando.

Uh, hace que me pregunte,
uh, hace que me pregunte.

Y se dice en susurros que pronto,
si todos nosotros decimos la melodía,
entonces el gaitero nos guiará a la razón.
y un nuevo día nacerá para aquellos que aguantan,
y el bosque devolverá un eco con carcajadas.

Si hay ajetreo en tu seto,
no te alarmes,
es solo la limpieza de primavera por la Reina de Mayo
Sí, hay dos caminos por los que que puedes ir,
pero a la larga,
todavía hay tiempo para cambiar el camino en el que estás.

Y hace que me pregunte…

Hay un zumbido en tu cabeza
y no se irá, porque no sabes
que el gaitero te está llamando para que te unas a él,
querida dama, no puedes oír el soplido del viento,
y ¿sabías
que tu escalera se apoya en el susurrante viento.?

Y mientras nosotros seguimos bajando por el camino,
nuestras sombras (son) más grandes que nuestras almas,
camina una dama a la que todos conocemos,
que brilla con luz blanca y quiere mostrar
como todavía todo se convierte en oro,
y si escuchas muy atento,
la melodía vendrá al fin a ti,
cuando todos sean uno y uno sean todo,
ser una piedra y no rodar.

Y está comprando una escalera al cielo.

Led Zeppelin – Stairway to heaven – Escalera al cielo.

merienda elefantes